
Voy dando bastonazos de ciego al suelo de la soledad para ver si tropiezo con alguien que me vea. Dejo escapar mariposas prisioneras de mi cabeza, cerezas tan rojas como las cajas de mis deseos, a punto de inciendiarse. Rastreo el horizonte con la luz del faro de la esperanza, pero tan solo abarco llanuras y mares en calma sin almas acércandose a mi playa. Soy el patito negro, la sombra de un objeto que nunca sale de su pequeña y polvorienta alcoba, un becario del silencio, licenciado en sufrimiento en vano, en tiempo perdido al lado de los sueños incumplidos. Un limón seco al que no le quedan amargas lágrimas que derramar.
6 comentarios
lara -
angel -
MaM-oNa -
Anónimo -
brisaenlanoche -
Mientras puedas ver ese "faro de la esperanza", hay opciones, no todo será negativo.
Alta_incidencia -