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Ninfas

La Ragazza

La Ragazza Dejo la ventana entreabierta mientras me dejo llevar por el arroyo del silencio, segundos abajo. De pronto entra una corriente cálida y densa. Me pierdo en terrenos transalpinos, recorriendo una ruta impoluta de seriedad, llena de pedregoso deseo. Sueños a la carbonara, besos a la boloñesa que deben saber a fresa, destellos de intenciones tan ambiguas como precipitadas. Una cita a ciegas a oscuras y con las manos atadas. Se revuelve en su cama mi ansiedad mientras la tapo con las mantas de la esperanza esperando que los susurros de la bella ragazza no se los lleve el viento.

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