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Ninfas

Mi roja princesa

Me quedo tan solo con el silencio y lo poco que me queda del delirio del que me deja embrujado tu aroma esponjoso que dibuja tu nombre en la piel. Sueños enmarañados entre alambres y espinos de imposibles deseos que fallecen tan solo nacer, pasión angustiada entre las rejas de la realidad más amarga y gris. Te cuelgo de mis pensamientos y te pongo alas blancas en la espalda para que no puedas caer de ellos, te imagino como lo más parecido a un ángel que mis ojos han alcanzado ver jamás. Cerrando las ventanas de mi mirada te encuentro junto a mi, como si siempre hubieramos estado juntos, como si el aire no supiera tejer su camino entre nuestros cuerpos, como si tu piel fuera el abrigo que siempre me cobijó de mi fría soledad. Despierto un día más de mis fantasías rojas y te tiendo la mano esperando que éste sea por fin el momento en que te acerques a mi.

2 comentarios

Princesa -

yo fui roja...sigue escribiendo...mis pensamientos sin embargo fueron colocados en una aeronave \"C\".

sabelilla -

Pues yo, con tu permiso, te brindo un pensamiento con alas blancas, para que tú tampoco puedas caer.
Un beso