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Ninfas

Pastillas de freno

Pastillas de freno Pastillas de freno, a toda pastilla, salpicaderos, comienza mi pesadilla! Muy pocos ceros en mi nómina ilegal! Yo como firmo un contrato no puedo parar, parar! Sí, amigos, a partir de ahora no podré parar, parar, parar... Por fin abandono el tren de los estudios y me subo a la noria del mundo laboral. Espero no marearme, por si acaso llevo una cajetilla de Biodramina en los bolsillos y una aspirina pa los dolores de cabeza. Ya tengo una segunda casa, aunque sea en forma de fábrica. Una planta de reciclaje de botellas de plástico. Cuando pienso en el montón de botellas que he vacíado de líquido en mi vida empiezo a temer que no voy a aburrirme ni un segundo. Dentro de cuatro días ya me ves hablando con mis amigas Viladrau, Fontvella & Co. Hay gente que habla con el perro, con el gato, con su pene, con sus zapatos... Yo a partir de ahora hablaré con las botellas. Ya tengo el título de la película... "El hombre que susurraba a las botellas" de aquí a Hollywood. Voy a llamar a mi amigo Woody (no, no es el de los bollos con petitas de chocolate...) a ver si me hecha una mano con la dirección. De lunes a viernes seré un hombre nuevo. Un minuto de silencio en memoria de ése personaje que se quedaba las tardes en casa tirado. El martes empieza el trabajo. Manos a la obra y música a las orejas.

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